LA VIDA Y LA DIGNIDAD DE LA PERSONALa Iglesia Católica proclama que la vida humana es sagrada y que la dignidad de la persona es la base de una visión moral para la sociedad. Esta creencia es el fundamento de todos los principios de nuestra ensenanza social. En nuestra sociedad, la vida humana está bajo el; ataque directo del aborto y la eutanasia. La vida humana está amenazada por la clonación, las investigaciones sobre las células madre embrionarias y por la aplicación de la pena de muerte. El poner intencionalmente la mira en la población civil durante una guerra o un ataque terrorista siempre está mal. La enseñanza católica nos llama siempre a hacer todo lo posible para evitar una guerra. Las naciones deben proteger el derecho a la vida encontrando maneras eficaces para evitar los conflictos y para resolverlos por medios pacificos. Creemos que toda persona tiene un valor inestimable, que las personas son más importantes que las cosas y que la medida de cada institución se basa a en si amenaza o acrecienta la vida y la dignidad de In persona humana.
EL LLAMADO A LA FAMILIA, A LA COMUNIDAD Y A LA PARTICIPACIONLa persona no sólo es sagrada sino tambien social. La manera en que organizamos nuestro sociedad-en lo económico y lo político, en leyes y políticas-afecta directamente la dignidad humana y la capacidad de los individuos para crecer en comunidad. El matrimonio y la familia son las instituciones centrales de la sociedad y éstas deben ser apoyadas y no minadas. Creemos que todas las personas tienen el derecho y el deber de participar en la sociedad buscando juntas el bien común y el bienestar para todos, especialmente para los pobres e indefensos.
LOS DERECHOS Y DEBERES: La tradición católica enseña que se puede proteger la dignidad humana y se puede establecer una comunidad saludable sólo si se respetan los derechos humanos y se cumple con los deberes. Por lo tanto, toda persona tiene un derecho fundamental a la vida y un derecho a todo lo necesario para vivir con decencia. A la par de esos derechos, hay también deberes y responsabilidades-de unos a otros, hacia nuestras familias y hacia la sociedad en general.
LA OPCIÓN POR LOS POBRES E INDEFENSOS: Una prueba moral básica es cómo les va a los miembros más indefensos. En una sociedad marcada por divisiones cada vez más agudas entre ricos y pobres, nuestra tradición recuerda la historia del Juicio Final (Mt. 25:31-46) y nos enseña a preocuparnos primero por las necesidades de los pobres e indefensos.
LA DIGNIDAD DEL TRABAJO Y LOS DERECHOS DE LOS TRABAJADORES: La economía debe servir al pueblo y no al revés. El trabajo es más que una forma de ganarse la vida, es una forma de participar continuamente en la creación de Dios. Si e ha de proteger la dignidad del trabajo, entonces debe respetarse los derechos básicos de los trabajadores-el derecho a un trabajo productivo, a salarios adecuados y justos, a organizar sindicatos y a unirse a ellos, a la propiedad privada y a la iniciativa económica.